PARA SER PROSPERADOS POR DIOS EN EL AREA DE LAS FINANZAS, PRIMERO HAY QUE TENER UN CARACTER DE MAYORDOMO


La mayordomía para la Bendición.

"3Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2ª Pedro 1:3.11.

El principio de la bendición está determinado, de que seamos buenos administradores ante Dios. Entendiendo que la administración no se limita al dinero. La administración se ajusta y abarca todo lo que tenga relación con el hombre.

En el Evangelio de Lucas, nos da un ejemplo de la buena administración, el texto dice: “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su Señor pondrá sobre su casa, para que a su tiempo le dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga le halle haciendo así, en verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”. Lucas 12:42.44.

Administrar es: El arte de gobernar, dirigir, gerencial, cuidar,

La buena administración trae como resultado la economía. La economía indica: Reservar, mantener, guardar, propiamente economizar.

El no ser un buen administrador ante Dios, hace que entremos en la malversación, lo cual es aborrecido por Dios.

El término “Administrador”, viene del griego “Oikonomia”, que la mejor traducción al español es “mayordomo”.

En 1ª Corintios 4:2, dice: “Ahora bien, se requiere de los administradores (mayordomo), que cada uno sea hallado fiel”.

Tito 1:7, dice: “Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios”.

Mayordomo: Es aquel que administra y cuida posesiones que no son de su propiedad, recursos que le fueron confiados para cumplir los propósitos de su amo.

El dueño de los bienes puede depender de un mayordomo consciente que conoce la responsabilidad que conlleva la mayordomía. Para el amo, la calidad de su mayordomía es más importante que la cantidad de bienes que se le confía.

Por esta causa, para Dios como el amo de los bienes del Reino, está más interesado en el carácter y los motivos del mayordomo que en los bienes que se le entregan para administrar, porque de esto depende su fidelidad.

Nuestro carácter como “Mayordomo” es lo que determina cuan útiles podemos ser en las cosas que nos han sido confiadas y la responsabilidad que asumamos ante los bienes que se nos entregan. Un carácter adecuado y bien formado en línea de la responsabilidad, está estrictamente relacionado con el ser útil y ser fiel a su Señor.

Cuando un creyente tiene el carácter ajustado a la responsabilidad conllevándolo a la: Seriedad, el respeto, la consideración, el esfuerzo, la abstinencia, el compromiso, la dedicación, la constancia, la abnegación; siempre en su mayordomía será aprobada por Dios, y por ende, seguirá recibiendo de Él sus recursos y bienes sin medidas, sintiéndose Dios orgulloso de su mayordomía, escuchando los elogios de su señor cuando le diga: “…: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré…” Mateo25:21.

Hay áreas que un mayordomo debe administrar con excelencia, antes de recibir los recursos de Dios:

1) Lo primero que un ser debe administrar para ser un buen mayordomo, es su propia vida que indica su ser su existir.

En Génesis 2:15.17, aparece este principio. Después que Dios le confió al hombre la administración del huerto y las propiedades que había en él, les dijo encarecidamente que guardarán su vida, de esto dependía la administración del Edén.

El que un ser tenga dominio propio, es la virtud más grande que tiene para dominar y administrar las demás cosas.

El término “Dominio propio” viene del Griego “Enkrateia” tiene que ver con la fuerza de voluntad.

El tener “Dominio propio” se conoce como el poder controlador de la voluntad bajo las operaciones del Espíritu Santo. Hechos. 24:25.

El “Dominio Propio”: Está en someterse a la voluntad de Dios a favor de sus demandas que están reveladas en su palabra 2ª Pedro 1: 3.9.

El “Dominio Propio”: Tiene que ver con el sometimiento del carácter y de los deseos carnales. Es el nivel de disciplina que tiene la persona evitando que la vida se desmorone; tiene que ver con uno que se retiene por dentro, (Tito.1:8) es tener cuidado de uno mismo 1ª Timoteo 4:16.

“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo” Tito 1:5.8.

“Esto manda y enseña. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo…”1ª Timoteo 4:11.16.

El “Dominio Propio”: Es La fuerza de la voluntad que un ser tiene para tomar decisiones sabias y dar pasos firmes y concretos. Si no tenemos dominio sobre nuestra propia vida, y no sabemos administrarnos a nosotros mismos, nunca podremos administrar los recursos de Dios.

Nunca olvides, que somos nosotros los llamados a renunciar a los deseos carnales, Dios no lo va hacer por nosotros. Nunca le pidas a Dios que te quite lo que tú tienes que dejar, ten Dominio propio sobre ti mismo, y serás un triunfador en la vida.

“La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” Romanos 13:12.14.
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” Gálatas 5:16.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. ” Efesios 4:22.32.

“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” Colosenses 3:5.10.

Ten presente que librar las batallas en el interior no es una cosa fácil. Proverbios 16:32, dice: “Que le es más fácil a un hombre dominar una ciudad que a su propio espíritu”

El Dominio propio: Tiene que ver con la prudencia, la prudencia es hija de la sabiduría. La prudencia nace de la sabiduría, la prudencia es la sabiduría práctica.

La sabiduría es el arte y la sagacidad que se tiene para transmitir el conocimiento sea en dichos o en hecho. La prudencia es el complemento de la sabiduría, pero el conocimiento es el complemento de la prudencia. Por esta causa: No se puede proceder en prudencia manifestando la sabiduría si no hay conocimiento,

En una vida de pecado viviendo deliberadamente en: Imprudencia, en insensatez, en necedad, en obstinación, en rebeldía, nunca calificamos ante Dios para ser sus mayordomos, y su primera causa es; que Él sabe que le daríamos mal uso a los recursos que ponga en nuestras manos. Lo más grande de la mayordomía no está en que el mayordomo pueda confiar en su Señor, sino que el Señor pueda confiar en el mayordomo.

Hay áreas en nuestras vidas en las que todavía estamos atados por causa de pecados internos y ocultos que solo nosotros somos testigos de ellos, áreas que tenemos que liberar renunciando a todo tipo de maldad, no nos engañemos, Dios no puede ser burlado todo lo que el hombre siembra eso recibirá, si siembras café cosecharas café, si siembras cacao cosecharas cacao, si andas mal internamente todo lo que hagas te saldrá mal, nunca tendrás el apoyo de Dios.

Aunado a esto, debes entender, que el pecado es como la fuerza de gravedad que si te descuidas te desploma súbitamente sin advertencia, al caso, que Puedes estar dos meses escalando una montaña, si te resbalas no vas a tardar dos meses para caer, caes de una vez.

El pecado degrada la vida de los hombres, cercena la posibilidad de prosperar, de surgir, y de avanzar en el propósito de Dios.

El pecado mata, hurta, destruye, llevando hacer al hombre estéril en la vida y en los planes de Dio

Por todo esto debemos ser administradores de nuestro propio ser para administrar los recursos y bienes de Dios.
La vivencia es factor determinante para llevar con éxito un Ministerio.
La vivencia en lo que hemos aprendido en los principios de Dios, es un factor muy determinante para conducir a otros a la perfección, y a la consolidación.

Los Apóstoles instaron mucho acerca de la vida intachable en la que nos debemos conducir para apacentar la grey de Dios.

1) “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” 1ª Pedro 5:1.3.

2) “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” Filipenses 3:17.20.

3) Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar” 1ª Timoteo 1:18.20.

4) “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Esto manda y enseña. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” 1ª Timoteo 4:6.16.

5) “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adorne la doctrina de Dios nuestro Salvador;… Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” Tito 2:1.15.

La moral, la integridad, la ética, y la equidad; es como un gran piso, que con derechos podemos desarrollar nuestra fe, podemos ejercer autoridad, y podemos ser administradores de los bienes del Reino. Por lo contrario perderíamos ante Dios y el mundo que nos rodea todos los derechos para seguir fungiendo en el llamado que hemos recibido de Dios.

Charles Swindoll plasmo en uno de su libro una verdad que me hizo reflexionar en grande, le dijo:

>“Podemos seguir siendo el mejor cirujano del mundo, siendo el más grande de los promiscuos”.

>Podemos seguir siendo el mejor juez de una nación, siendo el más arrogante y soberbio que haya existido en el mundo”.

>“Podemos seguir siendo el magnate más prestigioso de las naciones con los más altos niveles de corrupción financiera en la que se haya vivido”.

>“Pero nunca, nunca, nunca; podemos desarrollar en éxito el Don Ministerial que hemos recibido de Dios sumergidos en el pecado. Porque el Don Ministerial no es una Profesión es una Vocación es un llamado, y te debes a un ser que su naturaleza es pura santidad”.

No te engañes, Dios no puede ser burlado, lo que tu siembra lo vas a recibir. En Dios no hay atajo como para caerle adelante.

Charles Swindoll, le dijo a Dios en una de sus oraciones al ver la urgencia que hay en nuestras congregaciones de la vida de santidad en nuestros Ministerios, dijo: “Señor porque los tiempos de Safira y Ananías no vuelven” El cual tuvo una respuesta muy acertada, Dios le dijo: “Si esos tiempos volvieran, cada templo en su sótano tendría que tener una morgue para depositar los muertos que hubieran, pero conforme comencé la obra la voy a terminar, voy a marcar un precedente en los tiempos fínale como lo marque en el principio de una Iglesia naciente. Yo vengo a buscar una Iglesia sin manchas ni contaminación”

Juan el Apóstol dice: “Hijitos, guardaos de los ídolos” 1ª Juan 5:21.

Según el pensamiento del que escribe y el contexto, el término “ídolo” que aparéese en el pasaje no se refiere a imágenes, sino a todo lo que el mundo te ofrece que te llama la atención, dándole lugar en tu vida fascinándote por completo, pasando a tener dominio de ti quitándole a Dios el lugar que le pertenece.

Hay cuatro áreas en las que te tienes que guardar, y evitar caer en ellas. De lo contrario estarás creando un ídolo que ocupara el lugar de Dios, y a su vez crearas un Frankeisteins, un mostró que no vas a poder dominar.

I) La Fortuna: La codicia al dinero, si no tienes dominio de ella te destruirá. Pablo dijo: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1ª Timoteo 6:10.

La codicia al dinero puede llevar a una persona a: Mentir, engañar, traicionar, competir, difamar, calumniar, cometer acto de homicidio; entre otros. Y finalmente lo puede conducir a su propia destrucción. El ejemplo más claro lo tenemos en Judas que por dinero traiciono a su mejor amigo, a su maestro.

II) La Fama: Relativo a la sed de prestigio, el ser aplaudido y reconocido. Alguien dijo, que la sed de prestigio es más tentadora que las riquezas mismas, que por igual te pueden desviar de la fe e impulsarte a cometer actos impuros con el fin de alcanzar el estrellato. La sed de prestigio es un principio satánico que viene del mismo infierno.

III) El Poder: deseo de controlar y estar sobre otro.

IV) Placer Sexual: Cualquier tipo de Fornicación.


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