INMUNIDAD MINISTERIAL.

Hoy en día parece ser, que los Ministros que están al frente de un llamado de Dios, gozan de “Inmunidad Ministerial” y esto lo digo por tanta depravación que veo en un gran porcentaje de Ministros que en forma descarada, con premeditación y alevosía cometen actos impuros sin tener respeto por lo sagrado. Ministros que toman sus actos de pecados en forma liviana, sin sentir respeto ni honra por los asuntos de Dios. Por igual y lo triste del caso es, que aun para un gran número de cristianos ya no hay estado de conciencia, ni un redargüir por el Espíritu, porque en forma tenues o ligera aceptan el pecado en sus líderes como algo normal. Mi pregunta es: ¿Cómo verá Dios esto en el seno de la iglesia? ¿Vera Dios esto desapercibida mente? ¿Podrá Dios ser burlado? El Apóstol Pablo escribe en relación al ejercicio del Ministerio, que en lo personal tenia sumo cuidado el cómo conducía su vida, en forma disciplinada teniendo sumo cuidado de sí mismo, no vaya ser que después de pregonar el mensaje del Reino, vaya ser descalificado por Dios para el ejercicio del Ministerio. (1ª Corintio 9:27)

Lo que estos Ministros no han entendido es, que se corre el riesgo y la posibilidad que después de ser un hombre llamado por Dios, pasemos a ser descartado por Él para el ejercicio del Ministerio.

Es triste decirlo que hoy en día tenemos el montón de hombre que están en el ejecutando un Ministerio operando en humanismo, esto es: Mintiendo, compitiendo, sobornando, estafando, engañando, manipulando, intimidando; porque desde hace mucho tiempo fueron desechados para el ejecute del don Ministerial, departe de Dios perdieron el derecho para ejercer el don. Lo triste del caso es, que son receptores del don Ministerial, pero perdieron la autoridad para ejercer el don.
De este fenómeno que estamos tratando tenemos ejemplos muy patéticos, casos como el de Sansón, Saúl, Eli.

Que nos dice a nosotros que Dios pasara por alto nuestras imprudencias, libertinaje, esa vida fácil de pecado en pleno ejercicio del Ministerio. Bien lo dijo Jesús: “El hacha está puesta sobre el tronco del árbol, y aquel que no de fruto será cortado” (Mateo 3:10)

La falsa creencia del caso es, que como después de haber cometido el pecado en forma deliberante en pleno ejercicio del Ministerio las cosa como que sigue igual, es decir, todo lo que hago tiene resultado, aquí como que no ha pasado nada, Dios me perdonó y borrón y cuenta nueva. Es cierto, después del acto del pecado se puede dar el caso que las cosa podrán tener resultado, por el principio de causa y efecto, y no se puede descartar que con el humanismo en pleno pecado se puede llevar a cabo la obra de Dios y tener resultado, pero nunca se podrá llevar a cabo la voluntad de Dios. Esta diferencia solo se notara en el Tribunal de Cristo, cuando seas juzgado, donde dice la Biblia que será revelado lo oculto y la intención del corazón. (1ª Corintio 4:1.5)

Mi consejo como Ministro es: que nos mantengamos puros, consagrados para Dios, es nuestra única opción para alcanzar el principal objetivo del Ministerio que es: “ Perfeccionar a los santos” ///Bendiciones///

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